Preparando las uvas para la cena de esta noche, me deseo y os deseo a todas y a todos los que pasáis por aquí: salud del cuerpo y de la mente
proyectos que estimulen
tiempo para hacer lo que me gusta
paz conmigo misma, con vosotros mismos (la otra, la paz mundial, también la deseo, claro, pero no depende, ¡ay!, solo de mi)
imaginación para resolver situaciones, para alimentar la creatividad
libros que hagan compañía y abran horizontes
amistad para que las soledades y heridas diversas duelan menos
risas compartidas que dulcifiquen las rigideces
indignación para no tirar la toalla frente a los atropellos y mentiras diarias
emociones
solidaridad
empatía
apertura
ternura
armonía
y amor-amor, del bueno, como el café café, apretadito, fuerte, aromático y en taza pequeña, sin azúcar ni leche.
Pues todo eso.
¡A ver!
