Vía Maxi, de Noruega (El cascanueces de Gramática, FORMESPA) descubro que está en YouTube este interesante fragmento de Lugares Comunes, la película que Adolfo Aristarain dirigió en 2002.
El fragmento me gusta y por eso yo también lo comparto. Es verdad que en él el profesor está haciendo justo aquello que dice que no tiene que hacer un profesor: predicar. ¡Pero es que es su última clase!
La película recuerdo que me dejó en el cuerpo y el alma una mezcla de lucidez, de tristeza y de ternura. Tendré que volverla a ver.
Ya diréis qué os ha parecido.
1 comentario:
Hola Matilde,
qué bien que hayas puesto el vídeo en el blog. Igual no hay tanta contradicción en la secuencia: el aula debe ser también un espacio para la reflexión (el profesor protagonista enseña literatura, no pedagogía).
Muchos saludos desde Oslo,
maxi ;-)
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