Pienso también en los muros silenciosos que esconden los maltratos y los abusos; los muros silenciados que maquillan el sometimiento, la esclavitud, las injusticias; los muros opacos que camuflan las enfermedades mentales. Hay más: muros de ignorancia, muros de palabrería, muros de intereses creados, muros de rutinas, muros de odio. ¿Cuándo podremos desmontar del todo los engranajes que los sustentan?
Y, por último, los muros que nos construimos nosotros mismos con la sustancia pegajosa de nuestros miedos y la materia relumbrante de nuestros objetos inútiles. Estos muros que vamos tejiendo a nuestro alrededoro, despacio e imperceptiblemente, hasta que ya no vemos nada de lo que es verdaderamente esencial. ¿A qué esperamos para empezar a derribarlos?
Del Muro y de los muros
1 comentario:
¡Para nada! Precisamente marqué las fotos como Creative Commons para que se puedan utilizar si a alguien le gustan.
Saludos,
Fran
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