Soy tozudamente republicana en un país que es oficialmente y socialmente monáquico. ¿Cuántos somos y dónde estamos los que quisiéramos una república federal como la que destruyeron y enterraron los fascistas?
Me siento como este graffiti que fotografié en la Plaza Alta de Badajoz, solitaria, con mi pequeña bandera en el corazón, despintada y hecha jirones.
En el aniversario de su proclamación, mientras los fascistas acusan y logran que procese a un juez por apoyar que se abran fosas de asesinados republicanos, una vez más...
¡Salud y República!
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