martes, 2 de diciembre de 2008

Memoria histórica: La Fundación Sierra Pambley


La semana pasada estuve en León, invitada por la Fundación Sierra Pambley para colaborar en un seminario sobre "La enseñanza del español para niños y adolescentes: perspectivas de trabajo". En otro momento ya comentaré mi aportación a este encuentro. Hoy únicamente quiero compartir mi descubrimiento de la historia y de la trayectoria de esta Fundación.

La Fundación Sierra Pambley es una institución fundada en 1885 en Villablino (León) por un rico ilustrado leonés, Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley y otros tres prestigiosos intelectuales liberales españoles de aquella época, nada menos que Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío.

Es posible que para los colegas extranjeros que lean este post, estos nombres que cito no tengan mucho significado. Pues bien, os cuento que los dos primeros personajes nombrados fueron - con Nicolás Salmerón y Joaquín Costa, entre otros- los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. Y este nombre quizá sí que ya tenga un poco más de significado para los colegas de allende las fronteras. Recordemos, y no nos cansemos de recordar, que, a finales del siglo XIX, estos intelectuales habían sido apartados de sus cátedras en la universidad por sus ideas progresistas, liberales y contrarias a los dogmas de la iglesia católica. Esta es la razón por la que en 1876 fundaron la Institución en la querían avivar y estimular, al margen de las doctrinas, en aquel momento oficiales e ineludibles, del Estado y de la susodicha y omnipresente Iglesia, una tarea educativa basada en el conocimiento científico y la práctica de la observación-reflexión sobre la realidad. Creían profundamente en la democratización del saber, la necesidad de popularizar la educación, privilegio entonces reservado a las elites, y en el valor de la instrucción para promover cambios sociales. Hoy día sabemos muy bien que tener la información equivale a tener el poder. Es conmovedor descubrir que estos ilustrados del siglo XIX, aún teniendo parcelas de este poder por su origen social, pusieron su vida al servicio de compartir el conocimiento, es decir, su propio poder.
La Institución Libre de Enseñanza fue durante muchos años, como ellos mismos definen en su web, el "centro de gravedad" de la vida intelectual española; un faro de conocimiento científico; uno de los escasos espacios en los que se podía generar pensamiento libre; una ventana al mundo, que en aquellos años de oscurantismo y provincianismo era una rendija al mundo europeo, al mundo americano, a la modernidad. Un elenco de nombres imprescindibles de la cultura española, intelectuales, poetas, científicos, artistas y políticos, fueron colaboradores o alumnos suyos: Pérez Galdós, Gabriela Mistral, Emilia Pardo Bazán, Azorín, Ramón Pérez de Ayala, Eugeni d'Ors, Unamuno, Manuel Machado, Antonio Machado ("...hay en mis venas gotas de sangre jacobina..."), Juan Jiménez, Ramón y Cajal...

La Fundación Sierra Pambley se unió a esta iniciativa educativa desde muy pronto, ya en 1885, creando en las provincias de León y Zamora diversas escuelas, granjas-escuela; escuelas de Formación Profesional; escuelas para niñas; bibliotecas; misiones pedagógicas... hasta que la guerra civil española truncó su trayectoria. En 1938 la fundación pasó a manos de un patronato dependiente del obispo de León. Sus maestros fueron depurados y dos de sus responsables-Nicóstrato Vela y Pío Álvarez- fusilados.

En 1979, la Fundación recuperó su legitimidad y pasó de nuevo a un patronato que es fiel a los principios que orientaron su acción fundadora. En este enlace podéis ver sus proyectos actuales.
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Veo que me ha salido un post demasiado largo. Lo doy por bueno si sirve para dos fines igualmente importantes:
Uno, dar a conocer o recordar una parte de la memoria histórica de este país con amnesia crónica.
Dos, agradecer públicamente a la Fundación su invitación a participar en las jornadas.

En los inicios de este Siglo XXI, todavía quedan en este país anchas zonas de sombra fundamentalista y la iglesia continúa dando su sacrosanta tabarra porque no se resigna a perder espacios de poder. Sigue siendo importante reivindicar la obra y la vida de todos aquellos que la dieron por un hermosísimo proyecto que, visto en perspectiva, todavía emociona y estremece: el proyecto de hacer posible el derecho universal a una educación laica , científica y de calidad.

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