"Rojas" es el apelativo que los fascistas (luego llamados nacionales y más tarde, franquistas) dieron a las mujeres republicanas. No eran todas libertarias, ni comunistas, ni socialistas, muchas eran, simplemente, mujeres progresistas o esposas y familiares de republicanos que se adhirieron a la esperanza de libertades, que aportaba la II República española.
Fueron muchas las mujeres aportaron su talento, su trabajo y su vida para hacer posible un sueño colectivo que fue y fue cercenado. Vencidas, fusiladas, exiliadas, humilladas y represaliadas, fueron las que más perdieron con la derrota pues las despojaron de los derechos que la República les había reconocido. Y además, fueron silenciadas durante muchos años porque ya sabemos que la Historia se ha escrito en masculino.
Me uno desde aquí al homenaje a estas mujeres en este día en que se celebra el 80 aniversario de la proclamación de la II República Española.
¡Salud y República!
2 comentarios:
Fue un hermoso sueño. Cada vez que leía literatura o algún libro de historia sobre aquella jornada del catorce de abril, en plena primavera, en que se proclamó la niña bonita en medio del entusiasmo popular, me emocionaba. Hace años celebraba el aniversario con mis alumnos extendiendo la bandera republicana y poniendo el himno en algún radiocassette. Sin embargo, mi perspectiva de la vida y de la historia ha cambiado. Creo que idealizamos aquel periodo que fue tan sucio (o más) que lo que observamos en la contienda política actualmente. La acidez, la bilis, la política en su sentido más feo se encarnaron en aquellos seis años que duró, nada más. Salió lo peor de las derechas (y tienen mucho, sólo hay que verlo ahora), lo peor de las izquierdas (sectarismo, infantilismo, doctrinarianismo), la ingenuidad del anarquismo (y luego su violencia criminall), el choque con los nacionalismos, la impiedad de la iglesia, la brutalidad del ejército... el odio, la envidia, el resentimiento, la venganza... Y todo encarnado en un sistema político bisoño que apenas tuvo defensores: se lo querían cargar desde la derecha, desde el anarquismo, desde la extrema izquierda... Y, claro, hubo maravilosos ejemplos de honradez política, de generosidad, de compromiso humano, de decencia, de idealismo, de feminismo que llevó a esas mujeres a reivindicar la libertad... Pero el experimento agitó en la coctelera veneno para hacer estallar diez veces la convivencia. No soy monárquico, pero entiendo que la república no es un sistema al que nos hayamos podido adaptar... Es una pena, pero volveríamos a estallar por los aires con una tercera república. Sigo viendo ese veneno amarillento en la vida política española, y carecemos de puntos de encuentro entre visiones antagónicas, y nuestro sistema territorial está en entredicho y puede acabar desmontado. Sólo faltaría un sistema republicano con Aznar como presidente. No, gracias. Ni Bono tampoco. Me quedo como estoy.
Disculpa mi larga intervención, pero he amado mucho esa bandera y me ha entusiasmado su himno. En fin...
Joselu, tienes razón en señalar que no hay que idealizar la República que es algo que quizá se desprenda de mi post. Soy muy consciente de que no fue un periodo fácil ni bonito pero lo peor de las izquierdas, de las derechas, de los anarquistas y de las personas salió con la Guerra Civil, no con la República. Fueron los que provocaron la Guerra Civil (que como bien sabes no eran precisamente los republicanos) los que abrieron la caja de Pandora y alentaron y aventaron los horrores que dormitan en nuestro interior de personas supuestamente civilizadas.
Si recuerdo y rindo mi pequeño homenaje a la república es en primer lugar, por principio. Soy profundamente republicana porque me parece el menos malo de los sistemas políticos. La monarquía me parece un verdadero atraso, qué quieres que te diga. Tener como jefes de estado a un rey o a una reina, por simpáticos y monos que parezcan y tenerlos porque son hijos y nietos de, me subleva.
En segundo lugar, porque la II República hizo un esfuerzo legislativo considerable para cambiar y mejorar las condiciones de todos los españoles, sobre todo la de aquellos que no tenían reconocido ningún derecho. También hizo un gran esfuerzo para abordar y solucionar temas endémicos que la derecha había obstruccionado. La Guerra Civil no les dejó tiempo para ir más lejos.
Por último, porque el odio y la saña de los vencedores, no contentos con haber represaliado, borrado y aniquilado el recuerdo republicano, ahora han logrado que se diluya en un magma de que "todo es lo mismo", total.
No, yo no estoy a gusto cómo estamos. No quiero quedarme como estoy.
Un abrazo
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