Se llama "Jornada de reflexión" al día que antecede a las votaciones. En esta jornada, nadie puede hacer propaganda electoral. Los tambores y las matracas dejan de sonar, no se pueden ya lanzar mensajes ni directos ni indirectos de apoyo a uno u otro partido y se supone que los ciudadanos, tranquilamente, maduramos cuál será nuestra decisión en la urnas, para el día siguiente.
Esta vez, la jornada de reflexión es más interesante que otros años. En plena campaña electoral ha estallado un movimiento que ha pillado a los partidos con el paso cambiado y no sabemos hasta dónde ni hasta cuándo va a llegar, ni cuáles van a ser sus consecuencias.
En los, hasta ahora, dos grandes partidos, el desconcierto es total. Los unos - PP- acusan a los otros de ser los instigadores de esta revuelta para evitar el triunfo electoral de los históricos adversarios políticos. Los otros - PSOE- advierten que la abstención o el voto nulo (y dan por sentado que esa es la postura por la que se aboga en las plazas) supondría el triunfo de los unos.
Y ambos, unos y otros, están furiosos en su fuero interno ( y lo disimulan) , porque sus huecos discursos electorales se han visto apagados por el discurso sobre cosas reales que se hace en las plazas y que es el que verdaderamente interesa a la gente.
Parece que está claro que las personas que se reúnen, discuten y manifiestan sus opiniones están de acuerdo que ni unos ni otros, en esto hay unanimidad. En cuanto a votar, y a quién, o no votar, hay un debate abierto y no hay consignas, sino todo lo contrario. En caso de que la gente quiera votar, se aboga por hacerlo a partidos y agrupaciones electorales menos rígidos, más cercanos a los ciudadanos y que ofrezcan propuestas claras, honestas, transparentes y de sentido común sobre cómo solucionar los problemas cotidianos.
No sé que ocurrirá mañana. No sé si las autoridades lanzarán la policía sobre los que llenan las plazas y desafían las leyes del día de reflexión. Argumentan que no están haciendo propaganda de ningún partido, sino que se están reuniendo y reflexionando conjuntamente, con quien quiera acudir libremente a hacerlo, acerca de qué hacer y cómo organizarnos de ahora en adelante para evitar que manipulen y jueguen con las vidas de los ciudadanos de a pie.
Con la intención de ayudar a clarificar y matizar un poco qué está ocurriendo, os dejo aquí unos cuantos enlaces.
Y con el deseo de que estallen los debates en cada ciudad y en cada pueblo.
Y que las plazas se transformen, por fin, en ágoras de dialéctica y creatividad colectiva.
1 comentario:
A veure si aquest moviment pot traduir-se en quelcom que generi canvis de model. Gràcies pel teu text, bonica!
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