sábado, 8 de mayo de 2010

Gracias por el castigo



"En Babilonia, la ciudad maldita, que según la Biblia fue puta y madre de putas, se estaba alzando aquella torre que era un pecado de arrogancia humana.
Y el rayo de la ira no demoró: Dios condenó a los constructores a hablar lenguas diferentes, para que nunca más pudiera nadie entenderse con nadie, y la torre quedó para siempre a medio hacer.
Según los antiguos hebreos, la diversidad de las lenguas humanas fue un castigo divino.

Pero quizá, queriendo castigarnos, Dios nos hizo el favor de salvarnos del aburrimiento de la lengua única".


Eduardo Galeano.
Espejos. Una historia casi universal. (2008) SXXI. México DF, Buenos Aires, Madrid.


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4 comentarios:

Marian dijo...

Gracias por esta preciosa historia de Eduardo Galeano.

Magdalena Amtmann dijo...

Simplemente genial... Gracias por compratirlo con nosotros.

Inma dijo...

Cuando he acabado de leerlo, lo primero que me ha venido a la mente es que si existiese una "lengua única" posiblemente nunca te hubiera conocido.
La verdad es que hace más de 25 años aprendía francés en tu aula, y ahora sigo disfrutando en este "aula virtual" con tus comentarios sobre poesía, música, historia, política, viajes...Gracias por compartirlo con nosotros.
Un abrazo.

Matilde dijo...

Me apasiona el tema de la riqueza que suponen todas las lenguas, por pequeñas que sean y el reto de cómo integrar este potencial de nuestra sociedad, ya inevitablemente plurilingüe, en las aulas.
Mariány almendra, me encanta encontrar comentarios en el blog y me pone muy contenta saber que os emocionan, os gustan u os sirven las cosas que pongo.
Inma, en tu caso, tu comentario me remite a nuestra "otra" vida, la que compartimos en las aulas y me alegra doblemente saber que seguimos de alguna manera tejiendo juntas la madeja de nuestros descubrimientos, nuestros entusiasmos y nuestras emociones esenciales.